Las acciones y los juegos de los niñ@s representan los mecanismos fundamentales para expresar y comunicar hacia los demás (emociones, deseos, fantasías, alegrías, temores, sufrimientos, etc). Esto en su conjunto es conocido como EXPRESIVIDAD MOTRIZ la cual es única e irrepetible en cada niñ@ y representa el medio fundamental de su maduración psicológica.
Por diversos factores (genéticos o ambientales) la Expresividad Motriz de un niñ@ puede verse afectada negativamente, originando alteraciones como: HIPERMOTRICIDAD, IMPULSIVIDAD, PASIVIDAD, dificultad en aspectos de SOCIALIZACION, AFECTIVOS, PSICOMOTORES, DE APRENDIZAJES ESCOLARES, DE COMPORTAMIENTO, DE ATENCION, ETC. Así como en niños afectados por SÍNDROME DE DOWN, TEA, PARALISIS CEREBRAL, etc.
La terapia Psicomotriz Aucouturier, es una psicoterapia que atiende dichas alteraciones a través del juego y la acción, con la característica de que parte siempre de las propias necesidades y capacidades de la persona. El terapeuta brinda esta ayuda mediante una relación interactiva, en dicha interacción logra una comprensión profunda de la expresividad (juegos, acciones, formas de ser y estar en su entorno) para acompañarla en su propio proceso de maduración y atenuar así sus dificultades, llevándola a un desarrollo más armonioso.
Las sesiones de Terapia Psicomotriz A. se llevan a cabo en una sala de psicomotricidad, de forma individual o en ocasiones en pequeños grupos ( 2 o 3 niñ@s de la misma edad), pueden asistir desde bebés hasta adolescentes.
En este espacio se le ofrece al niñ@ o adolescente un lugar preparado especialmente para él, con un material diseñado para la expresividad motriz y otro para la expresividad gráfica-plástica.
Este pasaje de un espacio a otro representa un recorrido de maduración psicológica que se extiende del cuerpo al lenguaje. La actitud del terapeuta es esencial para la evolución de la persona, su disponibilidad, acompañamiento, sensibilidad, escucha emocional, acogida, comprensión, es lo que permitirá surgir la expresividad de cada niñ@ con la finalidad de ayudarlo a reorganizar la integración de su cuerpo y psiquismo. Esta terapia no se centra en el síntoma sino en la globalidad de cada persona y un profundo respeto hacia sus características únicas e irrepetibles.