Antecedentes del TDAH o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un desafío clínico y social significativo en la práctica médica actual. Este trastorno neuropsiquiátrico crónico tiene una etiología multifactorial, afectando tanto a niños como a adultos.
Clínicamente, el TDAH se caracteriza por un patrón persistente de inatención, hiperactividad e impulsividad. Estos síntomas interfieren de manera adversa en múltiples áreas de la vida del individuo, impactando su rendimiento académico, laboral y social.
¿Qué es el Déficit de Atención en Niños?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta a personas de todas las edades, aunque suele diagnosticarse en la infancia. Se caracteriza por dificultades en la atención, la concentración y el autocontrol, así como por niveles elevados de actividad e impulsividad.
El TDAH es una condición compleja que puede manifestarse de diferentes maneras en cada individuo. Algunas personas pueden presentar más síntomas de inatención, mientras que otras pueden tener más síntomas de hiperactividad e impulsividad. Además, puede coexistir con otras condiciones, como trastornos del estado de ánimo, ansiedad o dificultades de aprendizaje.
Las personas con TDAH pueden tener dificultades para prestar atención a las tareas y para organizarse, lo que puede afectar su rendimiento académico, laboral y social. También tienden a ser impulsivas, tomando decisiones sin pensar en las consecuencias a largo plazo. Además, pueden ser hiperactivas, mostrando un exceso de energía que les resulta difícil controlar.
Síntomas del Déficit de Atención
Los síntomas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) abarcan una amplia gama de manifestaciones clínicas, que pueden presentarse de forma heterogénea en cada individuo:
Inatención: Se observa una dificultad persistente para mantener la atención en tareas o actividades, así como una tendencia a cometer errores por descuido.
Hiperactividad: Se evidencia una marcada inquietud motora, dificultad para permanecer quieto en situaciones que así lo requieren, y una tendencia al habla excesiva.
Impulsividad: Se manifiesta en acciones precipitadas sin considerar las consecuencias, interrumpiendo a otros y una dificultad para esperar el turno en situaciones sociales o de juego.
Causas del Déficit de Atención
La casua es compleja y multifactorial, involucrando tanto factores genéticos como ambientales. Estudios genéticos han identificado una fuerte predisposición hereditaria, con una concordancia significativamente mayor entre gemelos idénticos.
A nivel neurobiológico, se han observado alteraciones en la estructura y función de regiones cerebrales implicadas en la regulación de la atención y el control ejecutivo, así como disfunciones en los sistemas neurotransmisores, particularmente la dopamina y la noradrenalina.
Edades donde se Manifiesta el Trastorno de Atención e Hiperactividad
Por lo general suele manifestarse en la infancia, con una edad de inicio promedio alrededor de los 7 años. Sin embargo, es importante destacar que los síntomas pueden persistir en la adolescencia y la edad adulta, con una presentación clínica que puede variar según la edad y el sexo del individuo. Se ha observado una mayor prevalencia en niños que en niñas, aunque esta brecha tiende a reducirse en la edad adulta.
Tipos de déficit de atención e hiperactividad
Desde una perspectiva clínica puede clasificarse en tres subtipos principales:
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Predominantemente Falta de atención.
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Predominantemente Hiperactivo-Impulsivo .
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Combinado.
Entendiendo la falta de atención en el trastorno
Este subtipo se caracteriza principalmente por dificultades en el mantenimiento de la atención y la concentración.
Las características del tipo predominantemente inatento incluyen:
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Falta de concentración:
Las personas con este subtipo tienen problemas para mantener la atención en tareas o actividades durante períodos prolongados. Esto puede afectar su rendimiento académico o laboral, ya que les cuesta enfocarse en detalles y suelen cometer errores por descuido.
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Dificultad para seguir instrucciones:
A menudo tienen problemas para seguir una serie de instrucciones, especialmente si estas son complejas o se presentan de manera secuencial. Esto puede hacer que parezcan desorganizados o que no estén prestando atención.
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Desorganización:
La falta de atención lleva a dificultades en la organización de tareas y actividades. Las personas con este subtipo pueden tener problemas para gestionar su tiempo, cumplir con plazos y mantener sus espacios ordenados.
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Olvidos frecuentes:
Es común que olviden tareas, citas o compromisos importantes. También pueden perder objetos necesarios para sus actividades diarias, como llaves, teléfonos o documentos.
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Distracción fácil:
Son fácilmente distraídos por estímulos irrelevantes o externos, lo que interrumpe su capacidad para completar tareas. Esta distracción constante puede llevar a una menor productividad y eficiencia.
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Evitar tareas prolongadas:
Tienden a evitar o postergar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido. Esto incluye actividades que demandan una concentración continua, como leer informes largos o realizar cálculos complejos.
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Poco entendimiento de escucha:
En conversaciones, pueden parecer que no están escuchando, ya que su mente puede vagar a otros pensamientos. Esto puede afectar sus relaciones interpersonales y causar malentendidos.
Entendiendo la Hiperactividad-Impulsividad
Este subtipo se distingue por comportamientos hiperactivos e impulsivos que afectan significativamente la vida diaria de quienes lo padecen. A continuación, se describen las características principales de este subtipo:
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Hiperactividad constante:
Las personas con este subtipo muestran una actividad motora excesiva e inapropiada para la situación. Esto se manifiesta en comportamientos como moverse constantemente, correr o trepar en situaciones inapropiadas, o tener dificultades para permanecer sentados durante períodos prolongados.
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Dificultad para jugar o realizar actividades tranquilas:
Les resulta complicado participar en juegos o actividades que requieren calma y silencio. Prefieren actividades más físicas y a menudo son percibidos como inquietos o agitados.
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Hablar en exceso:
Hablan de manera continua, a menudo interrumpiendo a otros y sin esperar su turno. Este comportamiento puede dificultar la comunicación y las interacciones sociales.
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Impulsividad:
La impulsividad se manifiesta en la incapacidad para esperar su turno y actuar sin pensar en las consecuencias. Esto puede llevar a la interrupción de conversaciones, la realización de acciones peligrosas sin considerar los riesgos, y la toma de decisiones precipitadas.
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Interrupciones frecuentes:
Interrumpen o se entrometen en las actividades de otros, como conversaciones o juegos. Esta conducta impulsiva puede ser vista como irrespetuosa o molesta por los demás.
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Dificultades para esperar:
Tienen poca paciencia para esperar en filas o en situaciones donde se requiere esperar su turno. Esto puede causar problemas en entornos estructurados como la escuela o el trabajo.
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Respuestas precipitadas:
Responden rápidamente a preguntas sin esperar a que se termine de formular, lo que puede resultar en respuestas incorrectas o inapropiadas.
La presentación predominante de inatención se caracteriza por déficits significativos en la capacidad para mantener la atención y la concentración en tareas específicas.
En contraste, el subtipo hiperactivo-impulsivo se caracteriza por una marcada hiperactividad motora y dificultades para inhibir respuestas impulsivas. El subtipo combinado implica la presencia simultánea de síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad.
Diagnóstico y Evaluación Clínica
El diagnóstico del TDAH requiere una evaluación clínica integral, que incluya una historia clínica detallada, la recopilación de información de múltiples fuentes (padres, maestros, cuidadores) y la aplicación de escalas estandarizadas de evaluación de síntomas.
Se deben descartar otras condiciones médicas y psiquiátricas que puedan ser similares a los síntomas del TDAH, como trastornos del estado de ánimo, trastornos del aprendizaje o trastornos del sueño.
Tratamiento del Déficit de Atención
El tratamiento del TDAH es multimodal y multidisciplinario, dirigido a abordar tanto los síntomas de origen del trastorno como las dificultades funcionales asociadas.
Las intervenciones farmacológicas, principalmente con estimulantes como el metilfenidato y la dextroanfetamina, han demostrado ser eficaces en el control de los síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad en la mayoría de los casos. También, la atomoxetina ha demostrado disminuir los síntomas en niños de este trastorno.
El metilfenidato es un medicamento controlado estimulante que mejora la hiperactividad y la falta de atención en niños, una vez que se diagnostica el síndrome por especialistas.
En el caso de la atomoxetina, mejora la sintomatología de la hiperactividad y ha mostrado una disminución significativa en los tics y otros síntomas del niño.
Cabe mencionar que NINGUN medicamento debe ser administrado sin la ayuda de un profesional calificado en estas terapéuticas.
Además, las intervenciones psicoeducativas y psicoterapéuticas, incluida la terapia cognitivo-conductual y el entrenamiento en habilidades sociales, pueden ayudar a mejorar el funcionamiento adaptativo del individuo y reducir la comorbilidad psiquiátrica.
Algunos tips de como abordar este déficit en el aula.
Los maestros pueden ayudar a su hijo a alcanzar el éxito. Según las necesidades de un estudiante, un maestro puede hacer cosas como las siguientes:
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Sentar a un estudiante en un lugar con menos distracciones.
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Darle instrucciones claras y breves.
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Tener reglas y rutinas sencillas en la clase.
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Ser afectuoso, alentador y positivo.
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Felicitar al estudiante por los esfuerzos.
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Ayudar con la organización.
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Guiar a los niños para que se calmen y se tomen su tiempo.
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Darles indicaciones para que no se desconcentren.
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Darles descansos para que se muevan en la clase.
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Darles más tiempo para completar el trabajo.
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Enseñarles a los estudiantes a revisar su trabajo y detectar errores por descuido.
En el caso de los estudiantes más grandes, los maestros también pueden hacer lo siguiente:
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Enseñarles técnicas de estudio como tomar apuntes, leer en voz alta y practicar para las evaluaciones.
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Dividir los proyectos y asignaciones de varios pasos en partes más pequeñas.
Pronóstico y Rehabilitación
El pronóstico del TDAH es variable y depende de múltiples factores, como la gravedad de los síntomas, la edad de inicio, la presencia de comorbilidades y la adherencia al tratamiento.
Si bien el TDAH tiende a persistir a lo largo de la vida, muchas personas experimentan una mejoría significativa en los síntomas con el tratamiento adecuado y el apoyo continuo.
La rehabilitación integral puede implicar la implementación de estrategias compensatorias, el desarrollo de habilidades de autorregulación y el fomento de la autonomía personal.
Costos de Tratamiento en México del TDAH
Los costos asociados con el tratamiento del TDAH en México pueden variar ampliamente según la modalidad de tratamiento, la duración de la intervención y la cobertura del seguro médico.
Los costos pueden incluir consultas médicas, pruebas de diagnóstico, medicamentos recetados y terapias psicológicas.
Es importante considerar el impacto económico de la atención del TDAH y explorar opciones de financiamiento, como programas de asistencia del gobierno o seguros médicos privados.
Un enfoque integral que aborde tanto los aspectos clínicos como los funcionales del trastorno puede contribuir a una mejor calidad de vida para los pacientes y sus familias
Terapeutas que pueden tratar el TDAH
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición compleja que requiere un enfoque multidisciplinario para su tratamiento efectivo. Diversos profesionales de la salud mental están capacitados para tratar el TDAH, cada uno aportando técnicas y enfoques especializados. A continuación, se describen los principales terapeutas especialistas que tratan el TDAH:
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Psicólogos clínicos: Los psicólogos clínicos juegan un papel crucial en el diagnóstico y tratamiento del síndrome. Utilizan diversas técnicas terapéuticas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a los pacientes a modificar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales. También trabajan en el desarrollo de habilidades sociales, manejo del tiempo y organización.
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Psiquiatras: Los psiquiatras son médicos especializados en salud mental que pueden recetar medicamentos para tratarlo. Evalúan la necesidad de medicación en cada caso y supervisan su eficacia y efectos secundarios. Además, los psiquiatras pueden proporcionar terapia y colaborar con otros profesionales para ofrecer un tratamiento integral.
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Neuropsicólogos: Los neuropsicólogos se especializan en comprender cómo las funciones del cerebro afectan el comportamiento y las habilidades cognitivas. Realizan evaluaciones detalladas para identificar déficits específicos en la atención, memoria y función ejecutiva, proporcionando recomendaciones personalizadas para el tratamiento y manejo del mismo.
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Psicopedagogos aplican pruebas psicométricas estandarizadas y además hacemos un trabajo colaborativo e interdisciplinario directamente con los psicólogos escolares y damos recomendaciones para el manejo del niño con esto en el aula y adecuaciones curriculares
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Terapeutas ocupacionales: Los terapeutas ocupacionales ayudan a las personas con déficit a desarrollar habilidades prácticas para la vida diaria. Trabajan en mejorar la organización, la gestión del tiempo y las habilidades para realizar tareas cotidianas de manera más eficiente. También pueden utilizar técnicas sensoriales para ayudar a los pacientes a regular su comportamiento y mejorar su concentración.
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Consejeros escolares: Los consejeros escolares son fundamentales en el apoyo a estudiantes con este trastorno. Colaboran con maestros y padres para crear planes educativos individualizados (IEP) y proporcionar estrategias para manejarlo en el entorno escolar. Ofrecen orientación y apoyo emocional a los estudiantes para mejorar su rendimiento académico y bienestar general.
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Pediatras especializados en desarrollo y comportamiento: Estos pediatras tienen formación específica en el diagnóstico y manejo en niños. Trabajan en colaboración con otros profesionales para monitorear el progreso del tratamiento y ajustar las intervenciones según sea necesario. Pueden proporcionar orientación a los padres sobre estrategias efectivas para apoyar a sus hijos en el hogar y en la escuela.
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Entrenadores de vida y coaches de TDAH: Estos profesionales ayudan a adolescentes y adultos con este síndrome a desarrollar habilidades prácticas para la vida diaria. Se centran en establecer metas, mejorar la organización, la gestión del tiempo y la productividad. A través de un enfoque personalizado, los coaches que lo tratan ayudan a sus clientes a superar obstáculos específicos y a alcanzar sus objetivos personales y profesionales.
El tratamiento efectivo del déficit de atención a menudo requiere la colaboración entre varios de estos especialistas para abordar los diversos aspectos del trastorno. Con el apoyo adecuado, las personas con este trastorno pueden aprender a manejar sus síntomas y llevar una vida más equilibrada y satisfactoria.
El manejo integral del TDAH es importante para obtener éxito con los resultados de mejoría y desaparición de síntomas en los pequeños.
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Fernanda Quiñonez - Redtera
Terapeuta de aprendizaje Psicopedagoga y Mindfulness. Especialista en casos de TDAH, Dislexia, retraso en el habla, ansiedad.