ERRORES COMUNES EN LA EVALUACIÓN DE UN NIÑO CON BAJO RENDIMIENTO ESCOLAR. - Redtera- Encuentra tu terapeuta

ERRORES COMUNES EN LA EVALUACIÓN DE UN NIÑO CON BAJO RENDIMIENTO ESCOLAR.

Una realidad es que al menos 1 de cada 10 niños saludables, que acuden a escuelas normales, tendrán dificultades para aprender con el ritmo y eficacia que sus compañeros. Lo que traerá como consecuencias: bajo rendimiento escolar, necesidad de adecuaciones curriculares o apoyo educativo extraescolar, baja autoestima en el niño, rezago educativo, etc.

Muchos de estos niños serán referidos para su evaluación con psicólogas, terapeutas, lingüistas, fisiatras, pediatras, psiquiatras, educadoras, orientadoras de “couching” y muchas otras más, lo que provoca estimaciones y consejos muy diversos, y no raramente, alejados de una confirmación científica, aunque con buenas intensiones de ayudar al niño y su familia.

A lo largo de 30 años de enfrentar, diagnosticar y resolver el problema de los niños con bajo rendimiento escolar he visto reiteradamente algunos errores comunes que provocan retardo en la implementación de soluciones correctas al problema. Ahí les van algunos:

  1. No tomar en cuenta la historia familiar. Muchos trastornos de aprendizaje o fallas escolares y conductuales tienen tendencias familiares.
  2. Sobrevalorar la especialidad de la evaluadora. Las evaluadoras sensoriales encuentran una explicación sensorial para todo problema del niño, las “optometristas” encuentran problemas de movimiento ocular en todo problema escolar, la psicóloga emocional y familiar encuentran traumas y problemas en la dinámica familiar en todos y así sucesivamente. Tienen que realizar un protocolo de evaluación partiendo de lo mas frecuente a lo mas raro y preocuparse por lo mejor para el niño.
  3. No realizar las pruebas adecuadas. No es raro que se realicen pruebas viejas, inadecuadas o con un sesgo dirigido hacia un problema o patología específico (puras pruebas sensoriales o emocionales, sin pruebas de inteligencia o habilidades específicas).
  4. Resolver el problema de manera individual. Sin duda les puedo decir que el niño con bajo rendimiento escolar es un reto diagnóstico y terapéutico que ningún profesional puede abordar ni resolver solo, por lo que el trabajo en equipo, sin duda, dará los mejores resultados y evitará sufrimientos al niño y su familia.
  5. Satanizar el trabajo médico. Evitar una medicación necesaria es casi tan malo que medicar equivocadamente a un paciente y una psicóloga profesional debe estar abierta la posibilidad de que su paciente requiera medicación. No solo eso, debe de monitorear los efectos medicamentosos y retroalimentar al neuropediatra o paidopsiquiatra sobre los beneficios o efectos indeseables del tratamiento establecido en el paciente.
  6. No medir los resultados de sus intervenciones. A muchas psicólogas se les olvida poner en sus reportes la forma en que van a evaluar los resultados de sus intervenciones, que esperan corregir y como lo van a medir en el paciente. Lo que provoca dudas para los padres que siente que ingresan a una terapia esperando curas milagrosas y rápidas o la sensación de que hay que “tener fe” en que las cosas mejoren.
  7. Falla en la comunicación con los padres. De poco sirve el realizar un buen trabajo diagnóstico si la comunicación con los padres falla. Yo he sugerido que se auxilien de sistemas digitales, gráficas, información escrita, referencia a artículos científicos o normas establecidos en países de primer mundo. Estrategias que dejen claro el problema y el impacto de la solución propuesta.
  8. Recomendar terapias sin fundamento científico. Desmerece tu profesionalismo cuando recomiendas: terapias visuales, neurofeedback, herbolarias, etc.
  9. Recomendar realizar electroencefalogramas. El estudio de registro de señales bioeléctricas del cerebro de un niño no tiene lugar en el diagnóstico de un niño con falla escolar, salvo excepciones como es el caso de una epilepsia de ausencias. Hay que dejarlo de solicitar de forma rutinaria.
  10. Haga un trabajo honesto y aprende a decir NO SE.
Dr. Saúl Garza-Morales
Jefe de Neurociencias. Instituto Nacional de Perinatologia.